sábado, 7 de febrero de 2009

B.O.E GG.UU. 0002 Trascender

Las comisiones internas del estado, dígase nosotros mismos, hemos decidido cambiar el modo en que los beneficios son repartidos.
El ministerio de historia ha dejado bien claro que a medida que los trabajos se fueron diversificando y las tecnologías se nos echaron encima, más le costaba al dinero conservar su identidad como tal.

Si en principio las monedas fueron menospreciadas debido a la aparición de los billetes, el papel moneda, como todo lo hecho en papel, pasó a ser de uso vulgar y así los ricos se inventaron el dinero de plástico, único e intransferible, que impedía que los sucios billetes que pasaban por las manos y demás extremidades o apéndices del jodido vulgo. El problema de su chiste es que aun siendo personales, con clave secreta e intransferibles, nadie les aseguró que no fueran manipulables, clonables o dadas a cualquier pillería inferior a la de fundar un banco.

Digamos que así nació el comercio electrónico donde el que vende no le enseña la cara al que le compra y quien roba no es más que una cadena de números que en cuanto se apagan las luces, se borra y se olvida.
Existió una auténtica simbiosis entre los que inventaban la manera de colarse en los sitios más seguros y aquellos que supuestamente protegían esos sitios, así, el maldito ladrón pescado era al día siguiente el futuro de la empresa de protección más lustrosa.

Talvez ese tipo de equilibrio, tan bien enseñado a través de la naturaleza de muchas cosas a nuestro alrededor, nos ha hecho ver el futuro de la remuneración; el actual modelo se regirá por reglas que ya de antaño conocemos y el trabajo y el dinero estarán ligados, como siempre debieron estar, al sudor y a lo más esencial para la vida, el lugar, el polvo, LA TIERRA.
Las provincias con alta densidad de población y que estén en posibilidad de hacerlo harán lo propio con su bien más preciado, sus aguas.

Así cada cual tendrá derecho a hacerse cargo de un trozo tal que le permita comer a él y a sus vástagos mientras el estado vea que tal porción del estado va a estar siendo mantenida por sí misma, osease, que el hombre acicale a la tierra para que la tierra sea capaz de resarcirle y parir alegría y paz.

En este proyecto no quedan excluidas las personas que no puedan o no sepan trabajar para la tierra debido a que pueden ayudar al titular de la parcela en labores técnicas o de soporte de la actividad primordial; no queremos llamarla trabajo ya que debería llamársele también así a un acto tan cotidiano como es vivir.
El Departamento de Corrección para La Vida baraja numerosos eufemismos preciosos pero de momento el más plausible es "Trascender con ayuda de Mamá La Tierra" Dada su preciosidad y longitud hemos decidido dejar al plan en el seco apócope de Trascender. Indica un serio sentido de la evolución a la vez que evoca una tarea honrosa y que, jamás mejor dicho, da fruto.